En esta
entrada me gustaría hacer un pequeño recorrido por algunos de los cuentos de mi
infancia.
Para comenzar
os hablaré de una colección de cuentos con los que aprendí a leer.
Poquito
a poco
Esta colección
de cuentos se llama Poquito a poco de la editorial la Galera. Son una
serie de libros para los primeros lectores, cada libro trabaja una letra, varias
letras o las vocales. El primer libro de la colección es ¡Ay, mis dedos!,
también recuerdo ¡Dame la pipa!, ¡Ea, ea!, ¡el león!, ¡Llueve! y ¡Mi sopa!
Ahora que
tengo más conocimientos creo que son unos libros muy adecuados para iniciarse
en la lectura, tratan temas de la vida cotidiana, donde los niños pueden verse
reflejados. Recuerdo que me gustaban mucho las ilustraciones y no porque fueran
llamativas o tuvieran algo especial, sino porque eran muy sencillas y fáciles
de copiar, algo que me encantaba hacer.
Colección
de cuentos de B. Potter
Cuando cumplí
cuatro años mi tía me regaló la colección de cuentos de Beatrix Potter y
recuerdo que me impresionó mucho porque es un libro de cuentos enorme (casi 400
páginas).
Les tengo
mucho cariño porque recuerdo que mi madre me los contaba cada noche y sobre todo
recuerdo que me maravillaba ver la magnificas ilustraciones creadas por la
autora, que son tan reales y tan mágicas que parecen tener vida.
B .Potter es
una escritora e ilustradora británica que publicó sus cuentos desde 1902 hasta
1930. Durante sus últimos años de vida
se marchó con su marido a una granja en su amado Lake District, lugar donde
fueron inspiradas la mayoría de sus obras.
De sus 23
cuentos mis favoritos son:
El
cuento de Perico, el conejo travieso, la
historia es sobre un conejito llamado Perico que desobedece a su madre a
diferencia de sus hermanas (Pelusa, Pitusa y Colita de algodón) y se cuela en
el huerto del tío Gregorio y narra las peripecias que tiene que hacer para
poder salir de allí. Este es el más famoso.
El cuento
de la ardilla Nogalina.
El cuento del conejito feroz este me daba mucha pena aunque también me resultaba
gracioso porque el conejito malo se queda sin rabo y sin bigotes.
El cuento
del gato Tomás,
El cuento de
la oca Carlota.
Estos son
algunos de los cuentos, creo que subiré una entrada entera dedicada a ellos.
Otros de mis
cuentos preferidos eran:
La estrella
de Laura de Klaus
Baumgart.
Laura es una
niña de unos 7 años que se muda a una nueva ciudad con sus padres y se siente
muy sola, lejos de sus amigos y de su casita de campo. Una noche ve caer una estrella
que se rompe una de sus “patitas”. Laura y la estrella se hacen muy amigas,
pero con el tiempo la estrella comienza a apagarse. Laura, su hermano y su
vecino ayudarán a la estrella a volver a su hogar.
Ferdinado,
el toro de M.Leaf
Oliver
Button es un nena de Tomie de Paola
No podría olvidar
la colección de cuentos de Barco de vapor de Mine.
Los libros
de Mine me encantaban, creo que los he leído todos. El que más me gustaba era ¡Mini
es la mejor!, aunque no me sentía nada identificada ya que
Mini en esta historia es muy buena con las mates y yo no lo era y además las
odiaba pero me encantaba leerlo una y otra vez. También me gustó mucho ¡Mini
en Carnaval!
De esta colección imposible olvidar Querida
Susi, querido Paul.
Las aventuras
de Kika superburja, sin dudarlo.
Cuando fui algo
más mayor leí novelas como Momo de M.Ende, Las
lagrimas de Shiva de C. Marollquí, Llamando a las puertas
del cielo de J.S. I Fabra, Los escarabajos vuelan al
atardecer de M.Gripe.
Para terminar
no puede faltar aunque sea muy típico nombrar la saga más famosa de los últimos
años, la saga de Harry Potter.
Muchos niños
ya conocían los libros antes de que se estrenara la película y no voy a mentir
si digo que yo era uno de ellos. Cuando lo leí fue algo extraordinario no se parecía
ni mucho menos a nada que antes hubiera leído, era como estar en otro mundo,
era fascínate.
Son unos libros
con los que he crecido, todos hemos crecido con ellos, al igual que con las películas.
No me declaro ni mucho menos una gran fan de Harry Potter pero han sido unos
libros que han estado presentes conmigo desde los 11 o 12 años hasta los 16 o
17. Cuando terminaron fue triste pero ya no éramos tan niños y al igual que Harry,
habíamos crecido.
Pero no por
eso he dejado de disfrutar con la lectura y espero que sea para siempre y así
poder transmitir eso a mis alumnos.
¡Guau! :D
ResponderEliminarTe lo anoto, claro... :)